Luego de unos buenos días (años) preparándolo, el momento ha llegado. Una vez que se cumple la promesa de dejar de fumar (hurra por mí), nada parece demasiado imposible, olvidando eso sí los mil y un planes que tenía para realizar mientras fuera estudiante (¡Fuerte!). Dejando de lado el aprender piano, acordeón, hacer tela, tallar, entre otras manualidades, deportes y hierbas, el empezar el blog era lo más realista y práctico con lo que se puede comenzar, en especial al considerar lo que un blog puede representar para mis ansiosos dedos tecleantes, y por qué no, a uno de mis sueños de infancia: escribir.